BICARBONATO DE SODIO
Súbita, una angustia…
¡Ah, qué angustia, qué náusea del
estómago en el alma!
¡Qué amigos he tenido!
¡Qué vacías de todo las ciudades
recorridas!
¡Qué estiércol metafísico mis
propósitos todos!
Una angustia,
Un desconsuelo de la epidermis del
alma,
Un dejar caer los brazos en el
crepúsculo del esfuerzo…
Reniego.
Reniego de todo.
Reniego más que de todo.
Reniego a espada y fin de todos los
Dioses y su negación.
¿Pero qué es lo que me falta, que lo
siento faltarme en el estómago y en la circulación de la sangre?
¿Qué aturdimiento vacío me extenúa el
cerebro?
¿Debo tomar cualquier cosa o
suicidarme?
No: voy a existir. ¡Vamos! Voy a
existir.
Ec – sis – tir…
Ec – sis – tir…
¡Dios mío! ¡Qué budismo me refresca
la sangre!
Renunciar de puertas abiertas,
Frente al paisaje de todos los
paisajes,
Sin esperanza, en libertad
Sin nexo,
Accidente de la inconsecuencia de la
superficie de las cosas,
Monótono pero dormilón,
¡Y qué brisas cuando las puertas y
las ventanas están todas abiertas!
¡Qué verano agradable el de los
otros!
Denme de beber, que no tengo sed.
Fernando Pessoa Fit. Álvaro de Campos.